Me estoy haciendo pedazos al no cumplir lo que me propongo, cuando me siento impotente, cuando pasa algo que no planeaba o que no puedo manejar, detesto esa sensacion de no poder con lo que me inquieta.
La autocrítica es buena, y también lo es exigirnos lo mejor a nosotros mismos. Es una buena forma de mejorar personalmente, pero el exceso se convierte en un problema para mi. Hoy he notado esa autoexigencia que a veces me lleva a enojarme conmigo misma más de lo que debería. Siempre he creído poder hacer más de lo que hacía, pero a veces también es bueno asumir las limitaciones o los momentos de despiste que más tarde provocan el llevarte las manos a la cabeza cuando llegan. No me gusta hacer las cosas mal o cometer errores, y si tarde o temprano meto la pata en algo, se me hace imperdonable y todo se derrumba sobre mí...y soy la primera que no conservo esa pausa cuando tengo despistes que no debería, pero hay que intentarlo.. Ser tan exigente con nosotros mismos es lo que nos ayuda no volver a tropezar en la misma piedra, o al menos a no torcernos el tobillo del tropezón. Lo mejor de descubrir errores, es usar la sensación del error en tu propio beneficio no en tu contra, y aprender de ellos en vez de darle vueltas pensando si lo hubieras podido hacer mejor.
La autocrítica es buena, y también lo es exigirnos lo mejor a nosotros mismos. Es una buena forma de mejorar personalmente, pero el exceso se convierte en un problema para mi. Hoy he notado esa autoexigencia que a veces me lleva a enojarme conmigo misma más de lo que debería. Siempre he creído poder hacer más de lo que hacía, pero a veces también es bueno asumir las limitaciones o los momentos de despiste que más tarde provocan el llevarte las manos a la cabeza cuando llegan. No me gusta hacer las cosas mal o cometer errores, y si tarde o temprano meto la pata en algo, se me hace imperdonable y todo se derrumba sobre mí...y soy la primera que no conservo esa pausa cuando tengo despistes que no debería, pero hay que intentarlo.. Ser tan exigente con nosotros mismos es lo que nos ayuda no volver a tropezar en la misma piedra, o al menos a no torcernos el tobillo del tropezón. Lo mejor de descubrir errores, es usar la sensación del error en tu propio beneficio no en tu contra, y aprender de ellos en vez de darle vueltas pensando si lo hubieras podido hacer mejor.